lunes, 27 de mayo de 2013

Receta de cupcakes de caramelos de Drácula

     Hoy os traigo una receta repetida. Lo sé, está feo decirlo, pero es así. La receta del bizcocho es la misma que la de los cupcakes de fresa que publiqué en enero. La única diferencia es la esencia que utilicé. Y la receta de buttercream es la más sencilla del mundo, ni buttercream de merengue suizo, ni de queso de untar, ni de requesón ni nada.

Receta de buttercream simple:

170g de mantequilla
 300g de azúcar glass
una cucharada de leche
esencia al gusto

     Batimos la mantequilla (a temperatura ambiente) hasta que aclare y aumente de volumen. Añadimos la mitad de azúcar glass y batimos despacio hasta que se integre. Añadimos la otra mitad y repetimos la operación. Añadimos la cucharada de leche si vemos que ha quedado demasiado espeso y seguimos batiendo unos 5 minutos para que quede bien aireado y esponjoso. Por último añadimos la esencia al gusto y el colorante.


     Y ahora estaréis pensando... "¿y qué tiene que ver esta receta con los caramelos de Drácula?". Es lógico que os lo preguntéis, si habéis leído el título de la entrada. No sé si tod@s l@s que me leéis recordaréis los caramelos de Drácula, pero eran un vicio. Aquell@s que los hayáis probado seguro que recordáis su peculiar sabor. Pues bien, estos cupcakes sabe a caramelos de Drácula. No fue algo intencionado, yo estaba intentando hacer unos cupcakes de limón con buttercream de frambuesa cuando descubrí que la esencia de frambuesa que había comprado sabía exactamente igual que los caramelos de mi infancia. Me gustó tanto que repetí el buttercream y lo puse sobre unos cupcakes que había hecho con la misma esencia de frambuesa vampírica. ¡Menudo éxito! Desaparecieron en cuestión de minutos. 

     Os voy a contar de dónde saqué esta esencia misteriosa, claro que sí. La compré en Valencia, en una tienda que se llama Sweetie Cakes. Bueno, la verdad es que no sé si llamarla tienda, porque realmente no tienen mucho a la venta. Es un espacio en el que hacen talleres (a los que no he tenido la suerte de asistir) y hacen cupcakes, galletas y tartas (entre otras cosas) por encargo. Me pareció un sitio muy chulo, aunque eché en falta que tuviesen más productos a la venta... ¡sobre todo después de probar esta maravillosa esencia! Os recomiendo que les visitéis si estáis en Valencia.


     Ya os comenté en la entrada de cupcakes de mango con requesón que las pastas de Home Chef son impresionantes y mucho mejores que las esencias. Peeeero... esta esencia me encanta. Es verdad que realmente no me sabe a frambuesa, pero es mucho mejor. Así que aunque creo que las pastas son una maravilla, no descarto probar las esencias que muchas veces pueden sorprendernos. 
     De hecho, me acaba de venir a la mente una esencia que utilicé para unos macarons que me encantó. Muy barata además que seguro que much@s habréis probado porque la venden en Lidl. Es la de vainilla-mantequilla del pack en el que vienen 5 esencias (si no recuerdo mal) en botecitos pequeños de cristal. La verdad es que el resto no las he probado aún. Ya os contaré si algún día lo hago.


     Pues hasta aquí la entrada de hoy. Espero que podáis haceros con un botecito y me contéis si os sabe o no a caramelos de Drácula. Vais a alucinar ;)
     Si alguien sabe de alguna esencia espectacular que merezca la pena ya sabéis, ¡dejádla en un comentario abajo!

     Os deseo un feliz comienzo de semana y que la empecéis con mucho ánimo.

Lara


Canción del día: Slept so long - Jay Gordon.
(Lo sé, últimamente estoy poniendo canciones duritas... pero es que son mis favoritas jajaja ¡perdonádme!)





domingo, 19 de mayo de 2013

Tutorial tarta infantil pirata

¡Hola!

     Lo sé, lo sé, he tenido el blog un poco abandonado y no tengo excusa. Pero lo cierto es que no ha sido por gusto, que conste. Ha sido por motivos muy importantes:
1) Sigo a dieta, por lo que claro, intento no cocinar nada que me produzca grandes tentaciones.
2) ¡Estoy liada con mil cosas!
   
     Ya, no hay que poner pretextos... pero precisamente por eso os digo que no miremos más atrás sino hacia delante. Y lo que os pongo delante de los ojos hoy es algo muuuuuy sencillo pero que os puede ayudar. Es un paso a paso de la primera tarta que hice con fondant, antes de ir a ningún curso ni nada. Os lo enseño porque creo que es útil ver las cosas en que yo me equivoqué (para que no lo hagáis vosotr@s) y también para que os déis cuenta de cómo, sin tener ni idea, se pueden hacer cosas presentables y, desde ahí, si nos preocupamos por aprender podemos mejorar hasta el infinito.

     La tarta que me decidí a hacer para empezar con el fondant fue una tarta de estilo pirata, pensada para niñ@s pero también para adult@s. La verdad es que no recuerdo de qué era la tarta, lo siento, pero creo recordar que llevaba fresas naturales y algo de chocolate, quizás con bizcocho de vainilla. Pero ya os digo que no lo recuerdo muy bien.

     Y vamos con el paso a paso de la decoración, que es muy sencilla pero también muy vistosa.

     Lo primero por supuesto es cubrir nuestra tarta con buttercream o con ganache de chocolate para después cubrirla con fondant. Esto no os lo explico aquí sobre todo porque no tengo fotos de esos pasos y porque creo que podéis encontrar un millón de tutoriales en la web.

     Una vez tenemos la tarta cubierta (yo usé fondant blanco de Funcakes) de fondant, amasamos un poco de fondant negro hasta dejarlo bien fino y, con un cortador redondo del tamaño que más nos guste, cortamos un círculo de fondant negro y lo pegamos en el centro de la superficie de nuestra tarta. Obtendremos lo que vemos en la siguiente foto, sólo que en la foto véis también un papel con el dibujo que iba a ir sobre el círculo. Lo puse encima para hacerme una idea de los tamaños, para ver si me convencían.


     Después amasamos algo más de fondant rojo y cortamos tiras de la misma longitud y anchura. Y aquí es donde os digo que me equivoqué. Primero, porque no conseguí que todas mis tiras fueran iguales y, segundo porque tardé un montóoooon en conseguir que me quedasen algo "decentes". Además, cada vez que las movía se me deformaban un poco. Fue un proceso horrible y estresante. 


     Así que, después de haberos contado lo que hice, voy a contaros cómo lo haría a día de hoy, para que no hagáis lo mismo. Para empezar, a día de hoy, utilizaría fondant con un poco de CMC para que no se deformase tanto al moverlo. Por otra parte, compraría una herramienta extremadamente útil que realmente nos va a sacar de tantas situaciones odiosas que vale lo que cuesta. Os dejo el link que de la imagen que he encontrado en www.lagalletadejengibre.com porque no he encontrado el link para comprarlo online: es el cortador texturizador de tiras de fondant, que viene con muchos accesorios para que podáis cortar y texturizar de una manera rápida y limpia. Creo que me costó unos 15€.


     Al usar este cortador, las tiras salen todas del mismo ancho, y además el corte es muy limpio. Al llevar un poco de CMC nuestro fondant, hará que se endurezca un poco más rápido y por lo tanto no se deforme al moverlo. La parte menos favorable de usar CMC es que tenemos que trabajar más rápido, porque si se endurece demasiado, no podremos darle la forma que necesitemos a la tira al colocarla sobre nuestra tarta. Sinceramente, nunca me ha ocurrido, creo que habría que trabajar demasiado despacio para que esto pueda ser un problema.

     El siguiente paso es colocar las tiras de fondant rojo sobre nuestra tarta, y lo haremos partiendo desde el centro hacia el exterior de la tarta. Aquí también tengo que reconocer que me compliqué un poco la existencia, pero creo que en parte fue debido a las diferencias entre mis tiras de fondant.


     Aquí véis que empecé poniendo una tira y después la que iba justo enfrente. Después puse una a 90º de la primera y, acto seguido, la que se le enfrentaba. Así quedó algo como la tarta dividida en cuatro cuartos iguales.



     Como véis, me fijé en que el extremo inferior de la tira coincidiese con la base de la tarta, en lugar de hacer coincidir el principio de la tira con el círculo negro de fondant de arriba... ¡error! ¿en qué estaría pensando? Es mucho más sencillo hacer que la parte de arriba de las tiras esté bien alineada con el círculo interior y después cortar el sobrante de fondant rojo por debajo. Pero bueno, supongo que estaba poco inspirada después de la hora y pico que me pasé cortando tiras de fondant.


     Seguimos añadiendo tiras hasta que tenemos todas las que queremos. Lo ideal en realidad es tener una guía marcada sobre el fondant de nuestra tarta, para saber dónde queremos colocar cada tira desde un principio. Si nos hacemos pequeñas marcas con un lápiz o simplemente con una esteca presionando levemente sobre nuestro fondant blanco luego es más fácil ubicar cada tira en su sitio que si hacemos como hice yo, dividiendo cada trozo cada vez por la mitad. 


     Seguro que estáis pensando lo mismo que yo ¿pero por qué alineaste las tiras con la base de la tarta? ¡no tiene sentido! Lo sé, lo sé... yo tampoco lo entiendo, creédme.
     Pues nada, seguimos así como os decía hasta que tengamos todas las tiras en su lugar y luego cortamos lo que nos haya sobrado en cada tira. También os digo que, a día de hoy, cortaría las tiras de la longitud que necesitase antes de colocarlas sobre la tarta, en lugar de cortarlas ya en la tarta. Llegad@s a este momento, tendremos algo así.


     La gracia es que no pegué las tiras conforme las disponía sobre la tarta, así que tuve que añadir un paso más a todo el proceso, levantando cada tira y mojándola con un pincel humedecido con agua y pegándola otra vez en su lugar. Os recomiendo que, como sois list@s y habréis marcado la ubicación de cada tira en vuestra tarta, las peguéis directamente y os ahorréis todo esto tan engorroso. Pero os pongo las fotos aprovechando que las tengo jajaja.



 
     Como véis no tiene mucho misterio, consiste en levantar, humedecer, colocar y presionar levemente. Así con todas las tiras hasta terminar con toda la tarta.


     Una vez hayáis terminado, ya habrá pasado lo peor. Si habéis llegado hasta aquí ya sólo queda lo divertido. Lo siguiente que hacemos es, con un poco de fondant negro, amasar un cordón redondito y fino con nuestras manos para ponerlo alrededor del círculo negro de arriba, a modo de marco, y de paso para tapar las pequeñas imperfecciones al añadir las tiras rojas que había cortado tan mal. Os pongo esta foto que es donde mejor se ve a lo que me refiero aunque la foto se ve muy movida.


     Lo ponemos todo alrededor de nuestro círculo y cortamos los extremos.


     Como somos list@s, lo habremos humedecido antes de ponerlo sobre nuestra tarta, de modo que no tengamos que volver a levantarlo. Así que sólo tenemos que presionar un poco para que se pegue bien al fondant que tenemos debajo.


     No tengo fotos de cómo texturicé el cordón que acabamos de pegar, pero creo que lo hice con una esteca que acababa en una punta triangular. Así quedó el cordón un poco más plano y no tan redondo. Simplemente presioné la punta de la esteca contra el cordón una y otra vez, girando un poco la tarta cada vez.

     Ahora es cuando cogemos nuestra plantilla de la calavera, la ponemos sobre un trozo de fondant blanco estirado y, con la ayuda de un cutter muy afilado, recortamos la forma. Tengo sólo las fotos de cuando ya estaba cortado, pero os lo enseño para que veáis a qué me refiero.


     En la foto de arriba no se aprecia muy bien, pero lo que estaba haciendo era alisar los bordes del corte con los dedos para que fuesen más suaves y uniformes. Cuando estemos satisfech@s con el resultado, lo humedecemos por debajo y lo centramos en el círculo negro de nuestra tarta. Lo pegamos y ya está.


     Cogemos dos bolitas de distinto tamaño de fondant negro y las aplastamos. Pegamos una como si fuera el ojo de la calavera.

 

     Pegamos la segunda, un poco más grande, que será el otro ojo de nuestra calavera. ¡Ahora está mucho más graciosa!


     Pues bien, ya sólo nos queda rematar el borde de nuestra tarta. Podríamos hacerlo con una cinta de tela, o con cintas de fondant, o trozos texturizados de fondant... hay muchas maneras de hacerlo. En este caso concreto, yo me decanté por utilizar buttercream teñido de azul, para simular el agua del mar.


     Aquí os enseño ya el resultado final. Como os comentaba, es un diseño muy sencillo pero también muy vistoso. Además es muy fácil de personalizar, ya que podemos cambiar la combinación de colores, cambiar el número y la anchura de las tiras de fondant, hacer un bizcocho cuadrado en vez de redondo, o cualquier otra cosa que se nos ocurra.



     Pues esto es todo por hoy, espero que os haya servido y que os decidáis a intentar algo parecido porque realmente es muy sencillo y divertido de hacer. Os animo a que me enseñéis vuestras creaciones. 

     Os deseo un feliz domingo, ¡yo me voy a trabajar que llegaré justita!

Lara