lunes, 22 de abril de 2013

Cupcakes sin gluten de vainilla y kiwi

     Llevaba ya un tiempo (bastante largo, probablemente meses) planteándome crear unos cupcakes aptos para celíacos. Lo pensaba cada vez que pasaba por la sección de harinas de Mercadona. Porque claro, ves las harinas sin gluten y piensas "¿habrá mucha diferencia?" "¿quedarán bien unos cupcakes así?" Pero no me terminaba de decidir a hacerlos, porque, al fin y al cabo, no tengo en mis círculos cercanos a ningún/a celíac@. Pero vaya, hace poco estaba en Mercadona, en la sección de harinas, y me decidí. Unos días después, tenía unos deliciosos cupcakes sin gluten en la cocina.



     Son los primeros y la verdad es que están deliciosos (he probado uno jijiji), pero sí que se nota una textura distinta en el bizcocho. Es sutil, pero está ahí. Así que horneé otros en los que cambié un poco las proporciones de harinas y creo que han quedado mejor. Os daré las dos opciones para que elijáis.



     La verdad es que ha sido una aventura, porque nunca había hecho nada sin gluten, y como soy así de artista, en vez de mirar una receta especial para celíacos, me la he inventado. Lo sé, no tengo remedio. Pero la verdad es que el resultado ha sido genial porque son unos cupcakes muy esponjosos, nada secos y muy ligeros. Incluso estoy pensando en usar la receta con harina de trigo a ver qué tal quedan.


     Estos cupcakes los he probado :) ¡yujuuu! Como os conté en el post anterior, estoy en plena O.B. (Operación Bikini), pero tras haber adelgazado 9 kilos (ohhh yeaaaah!!), mi nutricionista (que es una santa) me ha dado una tregua y me ha dejado comerme 3 cupcakes a la semana. ¿Os lo podéis creer? A mí me cuesta mucho, pero como estaba presente cuando me lo dijo, no me queda otra que creérmelo. Aunque no sé si me comeré los tres, porque me da miedito, a ver si ahora voy a liar todo el esfuerzo del mes que llevo a dieta. Eso sí, esta mañana me he zampado uno de estos sin gluten, que tenía que ver cómo habían quedado. Mañana me mataré en la bici elíptica para acabar con los remordimientos.


     Bueno, paso a daros la receta. He utilizado kiwis porque tenía en casa unos que se me estaban poniendo un poco demasiado maduros (y porque ya sabéis lo que dicen de los kiwis y las dietas... y ya  que peco, que sea lo menos posible), pero podéis usar la fruta que queráis. Si os soy sincera, el sabor del kiwi no se notaba nada en absoluto.

Ingredientes para los cupcakes:

     100ml de aceite de girasol
     110g de Maizena
     70g de harina de arroz
     150g de azúcar
     120ml de leche semidesnatada (yo he utilizado desnatada porque no tenía otra)
     1 cucharadita de zumo de limón
     1 huevo
     1 cucharadita de bicarbonato
     1 cucharadita de vinagre
     90g de kiwi triturado
     1 cucharadita de esencia de vainilla

     Como siempre, precalentamos el horno a 160ºC con calor por arriba y por abajo pero sin ventilador. Preparamos las cápsulas de los cupcakes en la bandeja. Preparamos buttermilk mezclando la leche con el zumo de limón y lo dejamos reposar unos 5 minutos. Por otro lado, tamizamos juntos la harina de arroz, la Maizena y el bicarbonato y reservamos.
     En un bol, mezclamos el aceite con el azúcar hasta que estén completamente integrados. Añadimos el huevo y batimos hasta que aclare un poco la mezcla. Entonces añadimos la esencia de vainilla y batimos un poco más.
     Añadimos la mitad de la mezcla de las harinas y lo mezclamos hasta que esté todo bien integrado, pero sin mezclar de más. Agregamos el buttermilk y mezclamos y, por último, añadimos el resto de la mezcla de harinas. Cuando la masa sea homogénea, echamos el kiwi (o la fruta que hayamos elegido) triturada y removemos bien con una espátula.
     Llenamos las cápsulas con la masa hasta 2/3 de su capacidad. Si horneamos a 160ª los cupcakes no suben demasiado, así que si nos pasamos un poco no hay problema. Horneamos durante 23 minutos o hasta que, al pincharlos con un palillo, éste salga seco. Dejamos enfriar 5 minutos en la bandeja y después los pasamos a una rejilla para que se enfríen del todo. Podríamos echarle algún tipo de almíbar o rellenarlos al gusto, pero yo en este caso no lo he hecho.

     La segunda opción es utilizar 110g de harina de arroz y 70g de Maizena, pero creo que queda mejor si usamos más proporción de Maizena que de harina de arroz. Probad y me contáis.

Ingredientes para el swiss meringue buttercream con mascarpone:

     4 claras de huevo pasteurizadas
     200g de azúcar
     140g de mantequilla a temperatura ambiente
     250g de mascarpone
     2 cucharaditas de vainilla (yo usé vainilla en pasta de Home Chef, ¡deliciosa!)

     Calentamos al baño maría las claras con el azúcar (sé que esto es trampa y váis a leer por todas partes que no lo hagáis, pero yo lo hago: lo caliento directamente sobre el fuego, no al baño maría). Una vez se haya disuelto el azúcar, pasamos la mezcla a un bol y batimos, primero despacio y después a potencia máxima, hasta que nos quede un merengue relativamente firme. No quedará como cuando batimos las claras a punto de nieve sin más, sino con un toque más cremoso. Cuando el bol se haya enfriado, añadimos la mantequilla a taquitos, poco a poco y mezclando a velocidad baja. Después añadimos el mascarpone. Seguimos batiendo hasta que la mezcla parezca que se ha cortado. ¡No os asustéis! Queda una cosa asquerosa, pero hay que seguir batiendo y os prometo que se arregla. Yo le echo la vainilla (o el sabor que escoja) al final, cuando ya ha adquirido la textura adecuada.



     Y ya está, sólo nos queda coger nuestra boquilla preferida y decorar nuestros cupcakes SIN GLUTEN al gusto. Están igual de buenos que los de harina de trigo y son aptos para más gente. Os animo a que los probéis porque, aunque podáis comer gluten, estas harinas le dan al bizcocho una textura distinta y muy interesante.


     Os comento que el fondant que he usado es también sin gluten, y lo he teñido con colorante Party Green de Sugarflair que no tiene gluten ni frutos secos (para posibles alérgicos). Ésta es mi primera receta sin gluten pero creo que vendrán muchas más porque he quedado muy contenta con el resultado, y siempre es bueno saber que lo que preparas lo puede comer más gente.


     Feliz comienzo de semana. Un abrazo,

     Lara


Canción del día: Había una vez un circo - Los payasos de la tele

   
   

martes, 16 de abril de 2013

Receta de cupcakes de tiramisú...¡deliciosos!

     Ufff llevaba unos días sin publicar nada. Pero ha merecido la pena, creédme. Este fin de semana hice unos cupcakes inspirados en uno de mis postres preferidos: el tiramisú. Me encanta la mezcla de texturas y sabores del tiramisú. Me gusta además que se sirva frío y me parece, sin más, delicioso. Pero ojo, no cualquier tiramisú. Porque hay algunos que... ¡madre mía! Y la cuestión es que no es un postre difícil de hacer, pero no sé por qué la gente se pone demasiado creativa y lo estropea. Creo que en su sencillez radica parte de su éxito.


     Sí, lo confieso, me pierde el tiramisú. Soy super ultra mega fan. Me gusta el bizcocho con ese saborcito a café y esa crema taaan suave y dulce pero no en exceso. A mí me gusta que el bizcocho quede bien empapado. Y, tengo que confesar, que aunque sea más "ortodoxo" hacerlo con ladyfingers, a mí me gusta más hacerlo con bizcocho de soletilla blandito.



     Pues bien, como llevo un mes a dieta, no podía dejar de pensar en el tiramisú que haría pero no podría comerme. Así que pensé en hacer unos cupcakes deliciosos que tampoco podría comerme. ¡Si es que soy masoquista! Aprovechando que tenía a mano la Thermomix de mi madre, eché mano de ella, pero podéis hacerlos sin ella sin ningún problema. Yo la usé para hacer la crema pastelera más rápido.



     Aquí os dejo la receta. No es complicada, pero requiere varios pasos.


Ingredientes para los cupcakes:
     130g de chocolate de cobertura (yo utilicé el de Nestlé postres)
     130ml de leche semidesnatada
     150g de azúcar moreno
     150g de harina
     125g de mantequilla a temperatura ambiente
     2 huevos
     1 cucharadita de levadura
     1 cucharadita de bicarbonato
     1 pizca de sal

     Precalentamos el horno a 165ºC y ponemos las cápsulas en la bandeja de cupcakes.
     En un cazo, derretimos el chocolate con la leche y la mitad del azúcar.
     Tamizamos la harina con la levadura y el bicarbonato y reservamos.
     Batimos la mantequilla con el azúcar restante hasta que la mezcla aclare (no aclarará mucho porque es azúcar moreno, pero sí aumentará su volumen).
     Añadimos los huevos, primero uno y cuando esté integrado añadimos el segundo.
     Añadimos los ingredientes secos previamente tamizados poco a poco mientras seguimos mezclando.
     Por último, añadimos la mezcla del chocolate derretido aún caliente poco a poco, como el aceite a la mayonesa cuando lo hacemos a mano.

     Llenamos las cápsulas hasta un poco más de la mitad y horneamos 22-24 minutos. Sacamos cuando al pinchar un palillo, éste salga limpio. Las dejamos enfriar en el molde 5 minutos y después las pasamos a una rejilla para que terminen de enfriarse. Mientras están calientes, pinchamos la superficie de nuestros cupcakes repetidas veces con un palillo y los pintamos con el almíbar (receta a continuación) con un pincel de cocina.

Ingredientes para el almíbar:
     50g de azúcar
     50ml de agua
     2 chorros de ron (le eché ron porque no tenía Amaretto, si tenéis y os gusta, echádselo mejor)
     En el microondas, calentamos el agua. Añadimos el azúcar y removemos hasta que se disuelva. Dejamos que se temple y añadimos ron al gusto.

Ingredientes para la crema de café:
     Esta receta es para Thermomix, pero encontraréis mil recetas de crema pastelera en internet. Yo hice la receta de crema pastelera pero cambié la vainilla por café soluble.
     Os recomiendo que hagáis la crema unas horas antes porque tenéis que usarla bien fría.

     1 litro de leche
     100g de maizena
     200g de azúcar
     6 yemas de huevo
     40g de café soluble (aproximadamente, esto es al gusto)

     Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la Thermomix y programamos 8 minutos a 90ºC velocidad 4. Y ya está, nada más, la Thermomix es mágica. La dejamos enfriar tapada con papel de film (el papel film ha de estar en contacto con la superficie de la crema para que no forme costra) y cuando esté templada la metemos en la nevera para que se enfríe del todo.

Ingredientes para el swiss meringue buttercream:
     150g de claras pasteurizadas (las de Mercadona)
     300g de azúcar
     250g de mantequilla a temperatura ambiente
     500g de mascarpone

     Calentamos al baño maría las claras con el azúcar hasta que veamos que el azúcar se ha disuelto completamente. Montamos las claras con el azúcar derretido, tienen que quedar montadas, pero no quedarán muy duras.
     Cuando se haya enfriado el bol en el que las hemos montado, añadimos la mantequilla a trocitos y batimos hasta que se corte la mezcla. Una vez se ha cortado, seguimos batiendo hasta que nos quede la clásica textura sedosa del buttercream de merengue suizo. Cuando hemos conseguido esta textura, le añadimos el mascarpone a cucharadas mientras seguimos batiendo.
   
     Pues bien, sólo nos queda montar nuestros cupcakes.



     Con un descorazonador, quitamos el centro de nuestros cupcakes y los rellenamos con la crema de café con la ayuda de una manga pastelera. Después cubrimos con el buttercream de mascarpone con la boquilla que más nos guste. Para terminar, espolvoreamos los cupcakes con caco en polvo (yo usé el de Valor).

Consejo: Yo añadí un poco de ron al buttercream porque me parecía que llevaba poco sólo con el almíbar.


     Pues esto es todo, espero que os haya gustado y que la hagáis porque (aunque no la he probado porque, como ya os he comentado, sigo a dieta... ¡arg!) quedan muy jugosos y la crema de mascarpone es una delicia. Eso sí, os recomiendo que los saquéis de la nevera uno ratito antes de servirlos para que el buttercream no esté demasiado duro, porque si no pierde gran parte del encanto.


     ¡Feliz resto de semana! Y preparaos que en breve tendremos fondant pintado a mano.
     Un abrazo,
   
     Lara


Canción del día: You were meant for me - Jewel



lunes, 8 de abril de 2013

Cómo hornear un bizcocho

     Sé que en una entrada anterior ya os expliqué cómo hornear un bizcocho, pero he pensado que sería buena idea tener un paso a paso detallado de cómo hacerlo y creo que es un tema tan importante que se merece una entrada para él solito, ¿no os parece?
     En internet encontraréis cientos de blogs y de páginas que os explican cómo hornear un bizcocho, no estoy inventando la rueda. Pero quiero contaros cómo lo hago yo, paso a paso, con mis truquis y mi manera de hacer las cosas. Sobre todo para que tengáis una guía de cómo hornear un bizcocho desde el primer paso hasta el último.



PROCEDIMIENTO:

1) Antes de nada, encenderemos el horno para que cuando vayamos a meter nuestra masa de bizcocho, esté a la temperatura correcta. Este paso es MUY IMPORTANTE porque la temperatura del horno es lo que nos va a dar un horneado perfecto. Dicho esto, cada horno es un mundo (por desgracia), y eso va a hacer que en cada horno la temperatura de horneado varíe ligeramente. Lo ideal es que el horno esté a una temperatura de entre 175ºC y 195ºC. Tras hornear muuuchos bizcochos y destrozar muuuuchos de ellos, he llegado a la conclusión de que la temperatura ideal de horneado en mi horno es de un poco más de 180ºC pero sin llegar a los 190ºC. Pero, como he dicho, esto dependerá del horno que tengáis y de lo preciso que sea el termostato del mismo. Mucha gente dice que podéis comprar un termómetro de horno para medir cuál es la temperatura real que da el vuestro. Yo creo que si lo tenéis estupendo, pero no compraría uno sólo para esto. Yo soy más del método ensayo y error.
     Dentro de este primer paso quiero recordaros que para hornear un bizcocho hemos de poner el calor del horno sólo por abajo y sin ventilador. Y no vale eso de poner el horno a 220ºC para que se caliente rápidamente y luego bajarlo a 180ºC. Sé que va a tardar en calentarse si el calor está sólo por debajo, pero chic@s, es lo que hay. Si tomamos el atajo, la temperatura no será real y tampoco será uniforme, y esto puede sin duda hacer que nuestro bizcocho se estropee.
     Algun@ de vosotr@s pensará: "Pero mi horno tiene ventilador sí o sí... ¿no puedo hornear un bizcocho?" o "Es que en mi horno no puedo poner el calor sólo por abajo... ¿no puedo hornear un bizcocho?" Respuesta: "Sí. Podéis. Yo os estoy explicando lo que creo que es el método infalible para que nuestro bizcocho salga perfecto, pero seguro que hay otras maneras en función del horno que tengáis."

2) Encamisamos el molde que vayamos a usar. O lo que es lo mismo, cogemos el molde y lo untamos con algún tipo de grasa: mantequilla, margarina o aceite. Después lo espolvoreamos con harina y quitamos el exceso que pueda quedar dándole la vuelta y golpeando la base suavemente.
     También se puede poner papel de hornear, pero yo personalmente siempre lo hago de esta manera y se desmoldan perfectamente. Mis moldes son de PME redondos de distintos tamaños y no se me pega ninguno.

3) Preparamos la masa de nuestro bizcocho y una vez esté terminada la vertemos en el molde que habíamos encamisado anteriormente.

4) Metemos el molde con la masa dentro del horno y ponemos el reloj del horno (o el reloj de cocina, o el despertador, o la alarma del móvil, pero algo para no despistarnos porque los tiempos son muy importantes) para que nos avise una vez hayan transcurrido 40 minutos.
     Ahora es cuando os digo que BAJO NINGÚN CONCEPTO abráis la puerta del horno antes de esos 40 minutos, porque si no corréis el riesgo de que el bizcocho no os suba. También tenéis que tener cuidado de no golpear el horno de ninguna manera, ya que las vibraciones que se transmitan al molde también pueden hacer que nuestro bizcocho no suba.

5) Después de esos 40 minutos (en mi horno son mínimo 45) pinchamos el bizcocho con un palillo y ya sabéis, si sale limpio es que está hecho. Esto dependerá mucho del tamaño de vuestro bizcocho, cuanto más grande sea más tiempo tardará en hacerse. En mi horno, un bizcocho de 15cm de diámetro tarda unos 50-55 minutos en hacerse y uno de 22cm de diámetro tarda aproximadamente una hora y cuarto.

6) Sacamos el bizcocho del horno y lo dejamos enfriar en el molde unos 5-10 minutos. Pasado ese tiempo, lo desmoldamos y dejamos que se enfríe del todo sobre una rejilla.

7) Si no lo vais a usar inmediatamente, os recomiendo que lo tapéis con papel de film para que no se reseque.


     Una pista: cuando vuestra cocina y vuestra casa empiecen a oler a bizcocho, es que ya casi está. Si os fijáis, veréis que los bordes del bizcocho empiezan a despegarse del molde: eso también es señal de que, si no está hecho ya, poco le queda.

POSIBLES CATÁSTROFES:

     Las he vivido todas, seguro. Os voy a enumerar las más habituales.

1) ¡Horror! ¡Mi bizcocho no ha subido!
     Lo más probable es que se deba a que el horno no estaba lo suficientemente caliente. Recuerda que al poner el calor sólo por abajo, tardará bastante en calentarse, no te impacientes. Y no cojas el atajo de precalentarlo a 220ºC y luego bajarlo a 190ºC, eso también provocará que tu bizcocho no suba.

2)¡Horror! Mi bizcocho estaba perfecto pero, al sacarlo del horno ¡se ha bajado/hundido!
     Esto suele ocurrir cuando sacamos el bizcocho antes de tiempo, o también cuando el horno ha recibido algún golpe. También si hemos abierto la puerta del horno antes de los 40 minutos.

3)¡Horror! Mi bizcocho había subido perfectamente pero se ha hundido antes de terminar de hornearlo.
     La causa es probablemente cualquiera de las del punto 2. Si un bizcocho se baja, en cualquier momento, suele ser porque ha perdido temperatura rápidamente o porque ha sido golpeado. También es importante verificar que nuestra levadura no está caducada. Además, si usamos levadura de sobre, debemos tener en cuenta que una vez hayamos abierto un sobre, no debemos tardar mucho en usar todo el contenido, porque pierde propiedades.
     De la misma manera, si no horneamos prácticamente a diario, no nos compensa comprar los botes de levadura grandes que venden porque si esa levadura ya abierta no se usa rápidamente también pierde propiedades.
     Para que vuestros bizcochos queden bien altos, esponjosos y jugosos, os recomiendo que utilicéis bicarbonato o gaseosas (de esas que van en sobrecitos) además de la levadura. Eso también hará que vuestro bizcocho no se hunda.

4) ¡Horror! ¡Mi bizcocho ha quedado demasiado alto!
     Bueno, tampoco es tan horripilante esta situación, porque siempre podemos cortar lo que nos haya subido de más. Pero claro, queremos que nuestros bizcochos queden perfectos sin retocar. Esto suele ocurrir cuando nos hemos pasado en la temperatura del horno y el bizcocho sube rápidamente, tanto que se pasa, o cuando hemos echado demasiada levadura.

5) ¡Horror! Mi bizcocho está crudo.
     Bueno, ésta es sencilla, seguro que se os ha ocurrido: lo hemos sacado antes de que estuviera hecho. Solución: la próxima vez, dejarlo más tiempo y verificar con el palillo. Incluso, puedo deciros que alguna vez que me ha pasado lo he vuelto a meter y se ha terminado de hacer sin problemas. Otras veces sin embargo, al volver a meterlo se ha hundido. Probad suerte si queréis, pero no es muy eficaz.

6) ¡Horror! Mi bizcocho se ha quemado.
     Tampoco es muy difícil ésta, ¿verdad? La próxima vez no pongáis el horno tan fuerte.
     Si estáis mirando cómo se hace vuestro bizcocho en el horno y observáis que empieza a ponerse oscuro, podéis intentar evitar la catástrofe bajando 20ºC la temperatura (nunca me ha funcionado) y/o tapándolo con papel de aluminio (sí me suele funcionar) y seguir cocinándolo hasta que esté. De esta manera seguirá cociéndose pero sin quemarse por arriba.

     Bueno, creo que esas son las catástrofes más habituales, pero también hay otras que nos dan muchos quebraderos de cabeza y realmente la solución es bien sencilla. Se me ocurren dos que os cuento a continuación.

PEQUEÑAS CATÁSTROFES:

1) Nos encantan los bizcochos con trocitos de chocolate, ¿verdad? O con nueces picadas, o con pistachos, con anacardos... infinidad de sabrosos tropezones. ¡Pero se nos quedan ABAJO! Ufff a mí esto me traía por la Calle de la Amargura hasta que descubrí que la solución más sencilla es enharinar los tropezones. Esto evita que se hundan. Ya está. ¿A que no era tan difícil? No entiendo por qué no aparece este sencillo truco en ninguno de mis libros de repostería.

2) Hay otros tropezones que nos encantan: las frutas. Mmmmm qué delicioso bizcocho con frutas. ¡Pero si parece que el bizcocho está CRUDO a trozos! La verdad es que esto sólo me ha ocurrido al echar fresas o melocotones en almíbar al bizcocho, no me ha pasado con la manzana ni la pera ni ninguna otra fruta. Supongo que porque las fresas y el melocotón son frutas con más contenido de agua y hacen que nuestro bizcocho esté demasiado húmedo. Para evitar que esto os ocurra, os recomiendo que sequéis un poco las frutas con un papel de cocina y que pongáis el horno un poco más fuerte al principio. Por ejemplo, calentad el horno a 200ºC y cuando hayan pasado unos 15 minutos lo bajáis a 180ºC (o la temperatura a la que horneéis mejor en vuestro horno).



     Pues bien, eso es todo. Si se me ocurre algo más o de repente me doy cuenta de que me he olvidado de algo super importante editaré la entrada para que tengáis toda la información relevante en la misa entrada. Espero que os sirvan estos consejos y que vuestros bizcochos queden siempre perfectos a partir de ahora.
     También os animo a que compartáis vuestros trucos con nosotr@s y a ver si así entre tod@s les ganamos la guerra a los bizcochos catastróficos.
   
     Os deseo un feliz comienzo de semana, que el lunes ya está superado :)

Lara


Canción del día: I will survive - Cake

martes, 2 de abril de 2013

Macarons pintados con rotulador

     Hice unos macarons. Quedaron muyyy ricos. Salí a dar una vuelta por el centro, y compré un libro muy interesante sobre pintura oriental, teniendo en mente que unos días después asistiría al curso de tartas pintadas a mano de Nevie Pie (hace unas semanas, ya os lo comenté). Así que llegué a casa y me encontré con los deliciosos macarons y con el maravilloso libro de pintura oriental. ¿Qué se me ocurrió? Pues pintar unos macarons con dibujos del libro para poder hacer un post de "antes del curso" y otro de "después del curso".


          Estos son los macarons pre-curso, estoy deseando hacer algo post-curso ya, pero la verdad es que no he tenido aún tiempo suficiente para ponerme manos a la obra. Partiendo de la base de que están pintados con rotulador (de tinta comestible) la verdad es que podrían haber quedado peor. 


     Aunque no sé qué tal quedará el colorante en pasta en la masa del macaron, que parece un poco absorbente. Ya os contaré si lo pruebo, pero creo que primero me dedicaré a pintar algo en fondant para practicar lo que nos enseñaron en el curso.
     

     El juego de sake me lo regaló mi madre y pensé que iba "que ni pintado" con estos macarons (qué bien hilado ¿eh? me sorprendo a mí misma :P). Bromas malas aparte, me gusta todo lo relacionado con la cultura oriental, sobre todo japonesa. Y como buena fan de lo oriental, ¡soy una fanática del sushi! También me vuelve loca la salsa de soja, a ver si se me ocurre algo para hacer cupcakes... o mejor no, puede que no sea muy buena idea.


     Me despido por hoy que tengo unos cake pops que terminar. ¿Os he dicho ya que me encantan los días libres? Cierto es, que muchas veces, sin darte cuenta llenas tu día libre de todas esas tareas que no puedes hacer cuando trabajas. Pero también otras veces (pocas) consigues que tu día libre sea de verdad libre y no tengas nada que hacer más que disfrutar de tu horno y de tu casa y de tus cosas.


     Espero que paséis un buen día. Un abrazo,

Lara

Hoy os dejo como canción el opening de una serie manga que me hacía mucha gracia cuando era más jovencita ;)

Canción del día: Chobits Opening