jueves, 11 de julio de 2013

Tarta R2-D2 de la guerra de las galaxias

¡Hola!

     Hoy os traigo una entrada divertida de un encargo que me hicieron de una tarta para un cumpleaños. El cumpleañero en cuestión es muy fan de Star Wars y me pidieron una tarta con esa temática. Me dejaron escoger a mí la decoración siempre y cuando fuese de las famosas pelis de George Lucas, y como nunca había hecho una tarta esculpida me decidí a intentarlo. Hice una cabeza de R2-D2, el divertido droide que sale en las pelis y que es uno de mis personajes favoritos.
   
     En la entrada de hoy os voy a poner las fotos de la tarta, y en la siguiente entrada os contaré un poco cómo la hice y os daré la receta. ¡Ahí van las fotos!


     ¡No me digáis que no es una chulada! Creo que es la tarta que más me he divertido haciendo y además es muy vistosa. Se me ocurrió que para que quedase más realista la cubriría de purpurina plateada, pero me pareció poco viable. Así que pensando pensando decidí probar con el espray comestible y tengo que decir que, además de ser muy divertido usarlo, ¡queda fenomenal! ¿Veis ese brillo que le da que es más discreto que la purpurina? Me encanta.


     Nunca había utilizado los esprays comestibles y la verdad es que ya tenía ganas y me ha parecido un invento genial. Al principio da un poco de miedo porque no sabes con qué intensidad va a salir o si vas a conseguir que quede uniforme, y la verdad es que es más sencillo de lo que pensaba que sería. Primero probé en un trozo de fondant que iba a tirar para coger un poco de práctica y perderle un poco el miedo y ya cuando me puse sobre la tarta me costaba parar. 

     Utilicé un espray plateado para que fuese más acorde a R2-D2 y la única pega que le encuentro es que aún tengo brillitos en el mando de la tele, en el bolso y ¡en el pelo de mis gatos! Sí sí, como lo leéis... resulta que los brillis del espray se reparten por tooooda la habitación en la que estéis, y tienes que quitarlos, pero siguen apareciendo. Se ve que cayeron brillis al suelo, los gatos se acostaron en el suelo, y ahora mis gatos parece que se vayan de fiesta, con tanto brillito. ¡Menos mal que es comestible!


     El fondant que utilicé era Kelmy y tengo que deciros que para cubrir tartas es GENIAL porque no se cuartea nada. Lo que no me convence es el sabor, creo que estoy muy acostumbrada al Funcakes y no le encuentro buen sabor a éste. Tendré que preguntar a otras personas a ver qué opinan.

     De todas maneras, ya os digo que para cubrir tartas, el mejor fondant que he utilizado de momento ha sido el de Kelmy, con diferencia. Es muy difícil forrar mal una tarta con esta marca porque tiene una elasticidad tremenda.

     Dentro de poco os traeré la receta del bizcocho y del buttercream porque tienen sorpresa: ¡son sin azúcar! Resulta que la suegra del cumpleañero es diabética y la pobre nunca puede tomar tarta en las celebraciones, así que me pidieron que la hiciese sin azúcar para que pudiera probarla... eso sí, ¡quitando todo el fondant antes de comérsela! porque fondant sin azúcar no creo ni que exista.

     Os avanzo que el bizcocho era de chocolate y que iba rellena de un swiss meringue buttercream de vainilla con café y que me han dicho que quedó muy buena, sobre todo para ser sin azúcar. Yo probé los bordes que recorté para esculpir y, aunque esté feo que lo diga yo, es verdad ¡estaba buena!

     

     Pues esto es todo por hoy, espero que os haya gustado la tarta y que os anime a esculpir bizcochos, porque la verdad es que a mí me han dado ganas de hacer más cosas. Os avanzo también que lo único que usé para esculpir el bizcocho fue un cuchillo de sierra como el de carne. ¡Sólo hay que echarle ganas!

     Os deseo una feliz mitad de semana y que se os pase muy rápido el tiempo hasta el viernes por la tarde. 
Un saludo,

Lara


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