La tarta que os enseño hoy fue un encargo muy concreto. Me mandaron una foto del casco de una chica y me pidieron que recrease la calavera que llevaba dibujada y su nombre como venía escrito en el casco.
El casco en sí estaba pintado a trozos de distintos tonos de rosa y morado, por lo que me decidí a darle al fondant que cubría la tarta un efecto "marmolado" en los mismos tonos del casco. Cogí fondant blanco y lo teñí en varios tonos con colorantes de Sugarflair, en concreto utilicé Grape Violet, Claret y Dusky Pink/Wine. Con cada uno de los tres colorantes hice dos tonos distintos, uno más claro y otro más oscuro. Después los junté todos y los mezclé sin que llegase a quedar una mezcla homogénea porque quería que se viesen distintos tonos en la tarta.
Para hacer el nombre, imprimí la foto que me habían mandado al tamaño de letra que quería. Después, puse el folio sobre el fondant y, con una esteca puntiaguda, repasé el contorno de las letras para que se marcase sobre el fondant. Si queréis hacer esto, recordad que tenéis que hacerlo antes de que el fondant se seque demasiado porque si no no se marcará. Una vez marcaro el contorno de las letras, sólo queda rellenarlo con colorante negro y un pincel... bueno, y ¡mucho pulso!
Para hacer la calavera, la técnica es similar. Imprimí la fotografía con la calavera al tamaño deseado. Después recorté la silueta de la calavera y puse la plantilla sobre un trozo de fondant blanco estirado. Con un estilete, recorté la forma de la calavera en el fondant y, por último, pinté los detalles.
Para hacer las estrellas estiré un trozo de fondant blanco y las corté con un cortador de galletas. Después las pinté con colorante en polvo comestible de color plateado.
El bizcocho de la tarta era de chocolate y estaba relleno de plátano natural en rodajas y buttercream de merengue suizo con mascarpone con esencia de fresa.
Aquí os enseño un par de fotos del corte que me mandaron desde la fiesta de cumpleaños.
Tuve la enorme suerte de que me sobrasen un par de plátanos y algo de buttercream, así que se me ocurrió hacer un brazo de gitano de vainilla y rellenarlo con los restos, y estaba para chuparse los dedos. Así que si os sobra relleno de cualquier cosa, no lo tiréis, seguro que podéis reutilizarlo de alguna manera. Los brazos de gitano son relativamente fáciles de hacer y tienen una presentación divertida que suele gustar a grandes y pequeños.
Ya se va acabando Agosto y os recuerdo que muuuuuy pronto tendremos por aquí noticias estupendas. Disfrutad de lo que queda de verano, y también de lo que queda del fin de semana.
Lara
Canción del día: Sweet Child O' Mine - Guns 'N' Roses.
(¡Qué jovencito estaba Axel! Bueno, y todos claro).
Te ha quedado preciosa y el corte fantástico. Para chuparse los dedos!!
ResponderEliminarEnhorabuena
Un besote
La tarta muy bonita, el acabado del fondant es genial!!!
ResponderEliminarenhorabuena por tu tarta y tu blog, desde hoy una
seguidora mas.